FARO 2012 Y SU VIAJE
Salimos el día 14 de julio dos
motos en los que viajabamos, Cristina, Fina, Dani y quien relata este viaje, los 4, dirección a Faro, con escalas previas y a la espera de que el día 19 nos encontrásemos con
Félix ya en Portugal y acampar todos juntos, pero esa es otra historia….
A las 5 de la madrugada nos
encontramos en la gasolinera de la AP7, antes de Granollers y desde allí
emprendimos la marcha, directos hasta Puerto Lumbreras sin pisar más de lo necesario
las autopistas de peaje, en 1300 km. el gasto fue de poco más de 3 €, desde ahí,
solo lo que nos cobrasen en Portugal que fueron pocos km en autopistas, el
TomTom siempre configurado sin peajes, en total recorrimos unos 3400 km y sin
contratiempos.
Las paradas fueron las mínimas e
indispensables para repostar y tomar un bocado pera poder llegar al objetivo
antes de que el calor apretase, cosa que fue inevitable a la altura de Murcia
Llegamos al hotel previsto, sin tener reserva de habitación a las 13:30 del medio día y un calor con sensación
de unos 50 ºC.
Había habitación y tras el
regateo de rigor, que para eso estamos en crisis, nos instalamos, tomamos una
ducha reconfortante y pasamos la tarde descansando para temprano ir a dormir y emprender
nuevamente la marcha la mañana siguiente.
Ya son las 6 de la mañana,
cargamos las dos motos que en mi caso era algo más complicado ya que sobre la maleta, en la vaca, iba ubicada la tienda de campaña, más grande que la que había utilizado hasta ahora y una bolsa con los trajes de agua y varias cosas que no entraban en las maletas, salimos con una temperatura fresca que nos hizo parar
en la provincia de Granada, en Baza concretamente para tomar algo caliente y
cubrirnos con algo más de ropa porque el frio nos calaba los huesos.
He de aclarar que en viajes
largos suelo hacerlo con ropa de cordura, sin abrigo interior, pero con
protecciones para una eventual caída. Esto permite que si necesitas abrigo,
puedas ponerlo por el exterior o a voluntad.
Volvemos a la carretera y al
viajar con metas preestablecidas no pude parar en los puntos que sentimentalmente
quisiera hacerlo, en esta ocasión era Diezma, pueblo de mi Padre y a 15 km de Huelago,
pequeño pueblo del que son nacidos mi madre y todos mis hermanos, 6 nada más ni
nada menos, de verdad, creo que la próxima vez no se me pasa ese deseo, lógicamente
cada vez serán menos las oportunidades que tendré de ver mis orígenes. “Soc
català i de la seba”, pero mi sangre es de ahí y agradezco a mis padres que
tuvieran el deseo de engendrarme aquí en Sabadell, porque sé por ellos mismos
que fue un deseo y no un desliz, pobres, me acuerdo mucho de ellos, si pudieran
ver mi vida actual, sé que me apoyarían y aplaudirían todo lo que hago, un beso
“viejos”.
Como veis, soy un sentimental, en
fin, continúo….
Paramos una hora en San Roque
para poder saludar a Clara y Rafa y quedar para comer y si era posible visitar
un pueblo cercano como es Castellar de la Fra. Y cenar donde ellos nos
indicasen.
Llegamos a Los Barrios, Cadiz
también al medio día y un hotel de 4 * nos esperaba para pasar 1 noche y
recargar pilas.
Pudimos disfrutar de unas buenas
tapas, vino, pescadito y lo que se nos puso en la boca antes e ir a dormir y si
el viento de levante lo permitía salir por la mañana sin tanta prisa con
dirección a Jerez de la Fra. Pasando por algunos pueblos de la ruta como eran
Veger de la Fra. Y Medina Sidonia, al cual llegamos con muchos apuros por el
fuerte viento que en una ocasión me sacó de la calzada y no pude
evitar saltar una continua durante unos segundos interminables justo delante de
“Cantora”, la casa de la famosa tonadillera, sin consecuencias porque no venía
nadie en sentido contrario, pero os puedo asegurar que era incapaz de
controlar los más de 600 kg de moto ni
tumbándome sobre el costado derecho. Me ratifico en lo que siempre he dicho,
prefiero conducir bajo el agua a hacerlo con fuerte viento y menos cuando lleva
diferentes direcciones.
Pasamos el día de ruta y viendo
los pueblos blancos, al menos los que el viento nos dejó ver para llegar a
media tarde a Jerez de la Fra.
Nos instalamos en un 5* que
contratamos antes de empezar la ruta, no defraudó y mucho menos su piscina,
pequeña, pero acogedora. Según pude entender, las instalaciones eran propiedad
de Gonzalez Byas, de las famosas bodegas del mismo nombre.
Pudimos visitarlas al día
siguiente ya que el levante seguía impidiendo poder circular por carretera,
hasta tal punto que cortaron el tráfico marítimo por el estrecho entre España y
Marruecos.
Pasamos el día en Jerez visitando
lo que de interés adivinamos que había, como sus tascas y restaurantes entre
otras cosas, claro, su catedral, paseos, calles peatonales y su calor,
muchísimo calor.
El segundo día lo dedicamos a
visitar Cadiz capital, patear sus calles, visitar la caleta, la torre Tavira
Torre Tavira
, su catedral, sus enormes Ficus, etc….
Por falta de tiempo no pudimos saborear las
deliciosas tortitas de camarones del restaurante “El Faro” ,
pero sí comimos bien en el restaurante “La Marisma” de San Fernando, donde han pasado
gente conocida como políticos (estos están en todos lados, claro), toreros, los
jugadores de la selección española de Barquet, etc…
El día 19, como siempre, salimos
temprano dirección a Faro, evitando en todo momento autopistas de peaje al
menos hasta entrar en Portugal.
Habíamos quedado con Felix en la
entrada al país vecino, esta vez viajaba solo desde Barcelona ya que no tenía claro
si podía viajar debido a sus problemillas de esqueleto, pero al final si vino,
sin Marga, pero todo fue bien, todo menos el punto de encuentro, claro, faltaba
marga y
Félix se olvidó del TomTom en casa (es broma, está peleado con la tecnología, es motero de la vieja escuela).
Viajó dos días antes directo
hasta Huelva con tiempo de ver a la familia antes de reunirse con nosotros y
haber pasado unas horas tirado por falta de combustible para su máquina, el
viajar de noche es lo que tiene, que no todos los surtidores abren y más
haciendo ruta por carreteras secundarias o poco transitadas. Eso sí, era su
ruta y la hizo la mar de feliz.
Ya en Portugal nos saludamos y
emprendimos las tres motos el corto camino hasta Faro, donde llegamos a la
concentración sobre la una del medio día de un jueves caluroso.
Era mi primera concentración de Faro
y desconocía que ambiente se respiraba un día similar a este en anteriores
ediciones, esta era la 31ª edición y me dio la sensación de que la crisis
también estaba pasando factura a este evento, por lo que he podido leer éramos
unos 20000 inscritos, muchos, pero 10000 menos que el año anterior, que también es
mucho. Para más información sobre el evento, adjunto un URL que me parece
interesante.
FARO 2012
La inscripción fue rápida, no había
aglomeraciones de gente. Montamos en las motos y empezamos a buscar un sitio
relativamente alejado de las duchas, WC y sobre todo de los enormes escenarios
donde se harían los conciertos.
Esta búsqueda nos llevó hasta una
zona con pinos pero ya en el límite de la acampada y arena en el suelo que hizo
caer a más de una moto. Todas las zonas planas y pobladas de pinos frondosos
estaban más que ocupada o más bien, delimitada con cintas para evitar que nadie
entrase, cosa que no me parece bien ya que con el paso de los días vimos que
nadie la ocupaba con el consiguiente mal rollo por parte de los que estaban a
pleno sol.
La cuestión era que habíamos
colocado nuestras tiendas más o menos bien ubicadas, a unos 150 metros de
duchas y WC, lejos de ruidos y de pasos de personas con moto o andando, más que
nada por el polvo. Tras ponernos cómodos, nos dirigimos hacia la zona de carpas
y dispuestos a hacer nuestra primera compra de tiquets, cerveza 1 €, agua de
1,5 l. a 1,5 €, no estaba mal, pero pronto nos dimos cuenta de que comprando 20
tiquets quedábamos muy cortos.
Nuestra estancia en la concentra estuvo
dedicada a disfrutar del ambiente motero, los que quisieron y tubieron fuerzas hasta vieron conciertos que es lo que realmente sale barato.
La primera tarde aprovechamos
para cargar las dos neveras portátiles con hielo y bebidas para la cena y tener algo de
fruta fresca.
Por las mañanas nos desplazábamos
a la playa a desayunar y tomar un baño o remojarnos en las frías aguas del
Atlántico y de cara al medio día volver a la concentra ya que el calor se hacía
insoportable.
Puedo decir, que con dos días de
concentra para mí es suficiente, las horas si no te desplazas a ver los
alrededores se hacen eternas pero por otro lado, el calor hace insoportable
andar con la moto a partir del medio día.
Para quien no ha vivido esta
concentración, puedo decir que los miembros del MC Faro, se merecen un 10, en temas de seguridad, no ví ningún incidente en los 4 días de estancia en la concentra y eso es muy dificil de conseguir, la organización ha estado muy a la
altura, vigilantes de tres en tres como
armarios roperos, no
paraban de dar paseos por todo el interior y coches todo terreno pasaban continuamente
hasta la noche del sábado por el exterior de la zona vallada pare evitar
cualquier incidente. Colocaban hasta extintores por la enorme zona de acampada y en los
servicios jamás faltó un simple rollo de papel higiénico y visto como somos los que en
esos sitios nos vemos, es un éxito.
ENTREVISTA A JOSÉ AMARO, PRESIDENTE DE MC FARO (2010)
La inscripción era de 45 € por
persona, en la que se incluía, acampada desde la noche del jueves hasta la
noche del domingo, una cena, un desayuno y un almuerzo, todo proporcionado por
un catering, que por lo que a mí respecta, solo se podía aprovechar el desayuno
y las bebidas de la cena y almuerzo.
Por otro lado, el precio me
parece correcto teniendo en cuanta los grupos que actúan en los conciertos que
cada día había en los diferentes escenarios de la acampada.
El calor era insoportable a
partir del medio día, por lo que lo mejor era salir de la zona de acampada y si
no sales fuera a ver mundo, playas etc, tenías muchas carpas enormes en las que
poder refrescarse el gaznate o estirarte sobre los bancos de madera de los
centenares de mesas repartidas por las carpas.
Al atardecer, lo normal era
pasear por las muy numerosas tiendas de comida o para comprar recuerdos o lo
que siempre hay en estos eventos, cueros, recuerdos, parches, etc…., entre los
precios que se barajaban habían para todos los gustos, pero en general no eran
más caros que en España, me refiero a los puestos de venta en concentras.
Las noches se llenaban de
estupendos conciertos, aunque nuestras fuerzas fallaban a la hora de asistir, el viernes no nos perdimos los tres principales, para mí el
concierto de Apocalyptica, incluso mejor que el de Rebeldes, siendo estos
teloneros del grupo español.
Los conciertos estuvieron bien arropados por grupos portugueses como
Miss Lava, Noidz, GNR o el espectacular Aurea, los mencionados como el grupo finlandés
Apocalyptica, los españoles Rebeldes y Warcry o cómo no, la actuación
estelar de los ingleses Billy Idol
En cuanto a la comida lo que no pude probar a pesar de su fama,
ya sea por su olor o por su aspecto eran el pulpo y el cerdo asados. En cambio
si tenía éxito el Kebab, comida que nunca me ha llamado la atención y en cambio
esta vez si la comí en varias ocasiones, de ternera, concretamente.
La cerveza estaba siempre
presente en cualquier punto donde había una persona sentada y a veces, ni así,
el calor lo requería.
No hubo suerte a la hora de los
sorteos, total, fueron dos, un viaje a USA y una HD 883, aguantamos
estoicamente el calor por si sonaba la flauta, pero no, no sonó.
Las motos iban desapareciendo
como por arte de magia y los espacios
vacíos iban apareciendo por doquier, dejando las duchas y aseos para los pocos
que seguíamos con la acampada en la noche del domingo.
Desde ese momento se acabaron las
vigilancias del recinto y alrededores, lo que dejaba un poco con el culo al
aire a los que allí quedamos, no éramos muchos, pero suficientes como para merecer
esa atención.
Antes de acostarnos y
aprovechando los últimos rayos de luz, dejamos todo a medio preparar, maletas,
etc., para que a las 5 de la madrugada con luz de linterna empezáramos a
desmontar tiendas, colchonetas etc., montar en las motos todo el equipaje y con
la primera luz de día ya estábamos rodando dirección a Lisboa, donde nos
esperaba otro Hotel en el centro de la capital lusa.
Sobre la 1 del medio día tomábamos
una ducha y buscamos un restaurante donde comer y descansar un poco antes de
comenzar nuestra visita.
Nos dejamos aconsejar por la recepción
del Hotel pero sin mucha suerte en cuanto al orden de visitas ya que mi
principal deseo era visitar como mínimo palacio nacional de Pena, situado en la
población de Sintra.
El segundo día de nuestra estancia
lo dedicamos a visitar Lisboa aprovechando los transportes turísticos haciendo de “guiris” en toda regla y la
verdad, no estuvo mal, nos dio una visión de Lisboa en la que se reflejaba el abandono de los
edificios antiguos, especialmente su interior que desde la altura en la que viajábamos
era perfectamente visible, ventanas y puertas de madera muy deterioradas y abandono en su interior,
eso sí, por el exterior en general da esa imagen añeja y de otra época. Ojalá
la crisis no acabe por dejar morir todo lo que se está abandonando, aunque creo
que lo que he visto es más antiguo que la crisis actual.
No estaría mal otra visita con
más tiempo, esto lo estoy comprobando en los últimos años y llego a la
conclusión de que hay que hacer viajes más concretos, más días en una región y poder
visitar todo o lo más posible que de interés tenga el lugar.
Por la tarde pudimos desplazarnos
por segunda vez a Sintra, un día mucho más diferente, con mucha luz ya que la
tarde anterior la niebla, la falta de tiempo y el frio nos hizo dejarlo para
otro momento.
Valió la pena, el palacio de Pena,
valga la redundancia, es algo majestuoso y pudimos verlo en toda su extensión y
deleitarnos, sin prisas, con las vistas internas y externas que desde sus
murallas y torreones se vislumbraban.
Así se nos acababan las horas de estancia en
Lisboa y a la mañana siguiente, como siempre, aprovechando el frescor de la
mañana, cruzamos esta vez el puente más largo de Europa, el Vasco de Gama, de 17 km de longitud sobre el rio Tajo. Tomamos dirección a Mérida, donde no disponíamos de hotel, pero pudimos
dormir las dos noches en un Hostal sencillo, limpio, céntrico y lo principal, con aire acondicionado.
Llegamos por carreteras
nacionales y el último tramo por autovía, con un calor tremendo al llegar a
Mérida, que tras comer, refrescarnos y dormir un poco, empezamos nuestra visita,
quizás algo pronto porque el calor era insoportable.
Así pasamos los dos días de estancia,
viendo todo lo que la historia nos ha dejado más o menos oculto.
Visitamos las ruinas y museos contra reloj ya que las horas pasan implacablemente y teníamos
entradas para la obra de teatro por la noche dentro del majestuoso escenario del
teatro romano de Mérida. “Electra” De Eurípides, se hizo un poco cuesta arriba,
quizás por el cansancio, la hora tardía y que ya la había visto anteriormente
en TV, aunque Ana Belén, Julieta Serrano, Carlos Álvarez Novoa, Fran Perea, Juan Fernández, Alberto
Berza y José Antonio Lucia se ganaron el sueldo.
Como veis, el relato es más bien
acelerado, del mismo modo que las ganas de llegar a casa ya que se habían
alcanzado las previsiones que teníamos en el viaje.
Salimos dirección a casa, aún sin luz de día, con la intención de
parar cuando el calor lo exigiera y hacer noche por última vez antes de llegar
a nuestro destino.
Tuvimos lluvia en la autovía, a
unas 2 horas de Madrid, lo que nos obligó a ponernos la ropa de agua y volver a
rodar, como suele pasar, te mojas, paras, te pones chubasquero y nada más
salir deja de llover, que se le va a hacer.
Los km pasaban como por arte de
magia, tramos de 220 - 250 km. y sin darnos cuenta estábamos muy cerca de Calatayud, donde hicimos una
parada técnica y viendo que el calor no era excesivo, decidimos tirar hasta
pasar Zaragoza, comer algo y emprender el último tramo, o mejor dicho, el
penúltimo, porque siguiendo el consejo que me dio mi amigo Joaquín, bastante
más motero que yo, siempre paro unos 50 km antes de llegar al destino, es muy
sabio consejo porque relajas las tensiones acumuladas y el deseo agobiante de
llegar. Hicimos la parada mencionada y tras tomar agua, cervecita quien pudo y
cargar gasolina, atacamos el último tramo que culminaría con los 970 km. directos,
de una tacada y vuelvo a decir lo que dije hace año y medio, mi Electra no es
una moto, es “LA MOTO”, por algo es el buque insignia para hacer la RUTA 66 en USA,
cómoda, rutera y tragamillas.
Pues nada amigos, este es todo el
relato, he eliminado detalles para no ser tan pesado, aunque sé que mis amigos de
Custom Vallés me acusarán de eso (es conya companys).
Eso es todo amigos, hasta pronto.
Mortimer.