La primera etapa era Lyon, Francia, 640 km de autopista, era lo previsto ya que debíamos hacer los 1700 km en tres etapas hasta llegar al circuito, por lo tanto, imposible hacerlos por carretera sin llegar exhaustos.
Los hoteles de las dos primeras, debían ser Formula 1 para economizar y no perder mucho tiempo en búsquedas por las ciudades importantes donde pararíamos.
Los hoteles F-1, no están mal, económicos, todo plástico, limpios, eso sí, al menos los que visitamos, aunque he de aconsejar a los usuarios, que vigilen el estado de los recintos, ya que en Valence, Francia, durante la vuelta, hay quien se percató de que son muy golosos para los voyeaurs así que si alguien ve un agujerito donde no debería haberlo, recomiendo meter un punzón y esperar si se oye grito o no, si alguien se queja es porque está haciendo algo que no debiera.
El calor era de rigor, tomamos cerveza fría mientras paseábamos por las zonas próximas al circuito y hacíamos tiempo para la hora de la cena.
La respuesta fue inmediata por parte del personal médico, enfermeros y demás, incluso la TV local se interesó por lo sucedido.
El traslado al hospital de Lightenstein a unos 15 km y su atención fue exquisita, gracias al Dr. Thomas Khener y el personal del Hospital que durante su estancia se volcó totalmente con nosotros y con el enfermo en particular.
Agradecer a una de las enfermeras del hospital, que por desgracia, no se su nombre pero siempre recordaré la frase con qué nos recibió al saber que éramos españoles “ Amigo!!, una cerveza, por favor ” y mi respuesta siempre fue, para usted, dos, gracias, muy simpática y de gran ayuda durante los peores momentos.
Aconsejo a la persona que tenga un percance parecido que el tema burocrático, datos del incidente, etc, lo haga por escrito y con acuse de recibo para evitar sorpresas posteriores, como por ejemplo que ignoren alguna información que tú has dado varias veces, pero siempre verbalmente, como por ejemplo que haya una moto para repatriar junto con el personal humano, a última hora alguien dice, ah!, pero hay una moto. Eso tras varios días de espera y mal de salud, toca lo que no suena, se comprende, verdad?.
En la mañana del domingo, dejamos las motos cargadas en la puerta del hospital y subimos a la habitación del mismo para hacer compañía a los amigos mientras veíamos las dos primeras carreras por TV.
Tras una emotiva despedida y sabiéndoles en situación sin riesgos, tomamos las dos monturas y emprendimos viaje con destino a Praga, Republica Checa por carreteras secundarias, comprobando el gran cambio que se vio con el simple paso de una frontera, no queriendo con ello menos preciar al pueblo de Chequia, pero el cambio era importante.
Fueron menos de 200 km, pero que nos llevó rodando durante unas 4 horas hasta tomar posesión de un buen hotel en una zona próxima al centro de Praga.
Pudimos dar buena cuenta de su excelente y barata cerveza.
Praga, lugar precioso, ciudad que todo el mundo debería visitar, palacios y construcciones envidiables, paseos etc. que con solo dos días no da tiempo para visitar con calma.
Tomamos un café en un lugar emblemático y hay quien dormitó por el cansancio acumulado.
Desde su apertura en 1863, el Café Slavia ha sido uno de los restaurantes y cafés más populares en la capital checa. Localizada en la parte opuesta del Teatro Nacional, el café es muy popular entre la comunidad de actores de Praga. En el pasado también fue frecuentada por personas famosas como Franz Kafka, Rainer Maria Rilke y el premio Nóbel en 1984, Jaroslav Seifert, además de compositores como Smetana and Dvorak.
Esta información, como imagináis, es cultura que he buscado por la red, que no es mala cosa.
Dos noches en Praga, durmiendo en un buen hotel, con todas las comodidades que merecíamos y después de rodar largas horas por esas carreteras y olvidados los demás contratiempos del viaje, emprendimos nuevamente la ruta esta vez con dirección Salzburgo, Austria, ciudad a la que llegamos a medio día, tiempo suficiente para conocer por casualidad a una joven “chicharrera” que se nos acercó al reconocer la camiseta de bombero de Dani, se identificó como estudiante de Erasmus y bombero o bombera voluntaria de Tenerife y descendiente de bombero con solera.
Tras las presentaciones y simpática charla, nos aconsejó un hotel no lejano, en el que estaríamos a gusto, llamó para confirmar que teníamos plaza y nos despedimos, no sin antes quedar para tomar unas birras en una tasca malagueña de un amigo suyo, así se hizo, la primera noche nos encontramos en el local de Mateo, llamado " Divinotinto ", invitamos a los amigos a unas cervezas, catalanas por cierto, Mortiz, charlamos y nos despedimos para ir a descansar al hotel.
El hotel estaba bien, limpio, sencillo, con todo lo que necesitábamos, buen precio que era lo importante y a veinte minutos andando hasta el centro de la ciudad.
Al segundo día en Salzburgo fuimos a visitar un pueblo de cuentos de hadas, Hallstatt, recomiendo a quien viaje por esa ruta, que lo vea, es un regalo para los ojos.
Pasamos el día viajando y durante el regreso, pudimos visitar la zona de los lagos, ya cerca de la ciudad de Salzburgo, es una zona de recreo, para veranear en la Europa central, en uno de esos lagos, encontramos la casa donde vivió Mozart, un lugar realmente bonito.
A la mañana siguiente, día 22 de Julio, preparamos las motos nuevamente y emprendimos ruta hacía el Tirol austríaco, buscando las bonanzas del destino elegido, que no era otro que el bonito pueblo de Mayrhofen.
Llegamos a media mañana, justo para tomar un desayuno caliente y buscar con la ayuda del centro de Información y turismo del lugar un hotel o algo parecido para pernoctar ese día y visitar los alrededores. Fue una agradable sorpresa ver que con nuestro escaso inglés nos podíamos defender, así en el punto de información nos buscaron una casa, típica del lugar para descansar, dormir, dejar las motos a buen recaudo y desayunar a la mañana siguiente para emprender nuevamente la marcha. Buen precio, agradables estancias y gente amable como caseros, todo un lujo que se agradece. Nos informamos y emprendimos un paseo por el pueblo en dirección al teleférico para subir a los 2000 metros de montaña que teníamos frente a nosotros, fue un gran acierto, subimos hasta 1800 metros en funicular y de allí trasbordo a un telesilla para remontar los 2000 metros. Como podemos imaginar, todo era verde y con nieve en las cumbres del Tirol, un día precioso, sin viento, sol y buena temperatura, los parapentes no cesaban de sobrevolarnos, vimos subir una persona hasta la cumbre cargado con su gran mochila. Al principio nos preguntábamos, que llevará a cuestas ese tío?, no era más que eso, su paracaídas y arneses. Como no podía ser de otro modo, nos tomamos una buena cerveza a 2000 metros y disfrutamos del paisaje con toda la intensidad que pudimos porque sabíamos que eso duraría poco, el regreso se aproximaba.
A las 6:15 ya estábamos levantados y preparando la burras, la casera hacía rato que tenía el desayuno sobre la mesa, bien surtido, mientras tanto yo miraba al cielo y veía unas nubes que al desconocer la zona me hacían dudar de si traían agua o solo era niebla, la respuesta la tuvimos una hora más tarde durante la ruta hacía Suiza, Heiden concretamente, población a dos pasos de Austria y Alemania, con el lago Constanza como principal escenario para disfrutar de buenas vistas.
No fue posible disfrutar de esas vistas, que por lo que nos dijeron en un hotel de Heiden, desde la colina cercana era impresionante ver el valle colindante con el lago, Austria a nuestra derecha, Suiza bajo nuestros pies y Alemania a la izquierda con el lago majestuoso, eso según lo que he podido leer, porque la intensa lluvia que traíamos sobre vuestras costillas desde hacía 4 horas no nos dejaba ver a mas de 100 metros.
Esta lluvia nos calaba hasta lo más hondo de nuestro esqueleto, por mucho chubasquero integral que vistieras te hacía sentir la humedad por todos los poros de nuestro cuerpo.
Una vez coronada la colina sobre la que se asienta Heiden, habiendo circulado por carretas de montaña y con la vejiga de algunos de nosotros a punto de reventar, paramos en un hotel para preguntar dónde dormir y la situación exacta del lago que no veíamos.
Nos aconsejaron descender hasta la zona alemana y buscar hotel, que por cierto, seguro que era much0o mas barato, porque en suiza, aprietan bien los precios.
Descendimos hasta la ciudad que da nombre al lago Constanza ya en territorio alemán, con unas ganas tremendas de sacarnos el impermeable, descalzar nuestras húmedas botas y tomar un baño reconstituyente que nos sacara del letargo que llevábamos.
Paramos por fin frente a tres hoteles en el centro de Constanza y la suerte o el destino nos puso ante lo que buscábamos, dos habitaciones donde decir, por fin descansamos.
Era un hotel familiar, con solera, pero limpio y acogedor, lo pudimos comprobar a la hora de la comida, era como decir, que nos servían el hijo, la nuera, la madre, la suegra y vete tú a saber que familiares habían en la cocina, pero todo perfecto, hasta la música de fondo, era como digo, el perfecto escenario para descansar. Por lo que me pareció adivinar, eran serbios huidos de la guerra de la antigua Yugoslavia.
La cuestión era que comimos bien, bien atendidos, la cubertería de alpaca, vasijas, cubiertos, bandejas, todo, de lo que ya no se ve.
Tras pasear por el centro de la ciudad y tomar una cerveza, como debe ser en el puerto, frente a las estatuas giratorias que dan entrada al puerto, hicimos unas compras en unos almacenes y vimos los bajos precios que habían en lo relacionado con el calzado. Nos fuimos a descansar temprano, sin que Dani pudiera comer el Brasburt que tanto deseaba, vamos, que casi fue un antojo ;-).
Decidimos que si amanecía el día lluvioso, buscaríamos una alternativa ya que la lluvia no nos dejaba ver el paisaje y estábamos atados de píes y manos. El destino nos llevaba nuevamente hacía Francia, era la única zona del mapa según internet que no traía agua, porque tanto el este, adentrándonos en Suiza, como el sur, hacía Italia todo era agua, agua y más agua.
A última hora de la tarde, sobre las 19:00 horas, estábamos en el Formula 1 que nos daría cobijo y por los pelos, ya que estaba casi completo, veíamos llegar gente, preguntar por habitaciones y volver a subir a sus coches para seguir buscando, lo dicho, por los pelos.
Nada más descargar las motos, nos desplazamos a un supermercado cercano a comprar víveres para la cena y lo dicho, por los pelos también. Cenamos, nos refrescamos y tras una refrescante ducha nos metimos en el sobre hasta el día siguiente que emprenderíamos ruta a territorio español.
El fuerte viento reinante nos acompañó desde Valence hasta la frontera española haciendo que por momentos pensásemos en parar y refugiarnos porque era casi imposible seguir en posición vertical sobre el asfalto.
A 30 km de la frontera, a la altura de Perpiñán hicimos la última parada y acabamos con los últimos víveres que llevábamos en nuestros sobre depósitos.
No fue posible en el Capri, pero la dueña, antigua conocida nuestra nos proporcionó algo mejor que una suite, una casa con dos plantas con todo lo necesario para estar a gusto, dos televisores, cocina, gran comedor, tres enormes dormitorios, dos baños y todo para nosotros, todo un lujo y económico.
Como bueno, diré que hemos tomado contacto con gentes muy amables, que nos han tratado con todo el buen hacer que yo habría tenido para con ellos y solo quisiera decir que he echado en falta algo que veo en mi Catalunya y me atrevería a decir que en el resto de España y es el idioma en los locales como restaurantes, y cualquier punto turístico de Europa, en ninguno he visto el español escrito, acompañando al francés, italiano, alemán, o inglés, por lo que o aprendemos inglés o nos comemos los mo...os.
Espero que hayáis sido capaces de aguantar toda la narración y si alguien quiere dejar una nota al final, será aceptada de buen grado, tanto la crítica como la menos critica.
Para los que no pudieron acabar el recorrido, no os preocupéis, habrá más rutas en las que nos reiremos, tomaremos café, zumos de cebada y maltas escocesas, como siempre después de dejar las motos a buen recaudo. Un fuerte abrazo para Marga y Félix.
Se despiden, Marga, Fina, Kristina, Dani, Félix y el que suscribe, Jordi.
5 comentarios:
Cuando piensas acabar con la historia? y no digas que no tienes tiempo, sinvergüenza
jajaja, pues cuando pueda compañero, tu te crees que puedo ponerme cada vez que quiero?, se de alguien que le gustaría que acabase de poner madera en las escaleras ;-), tu me entiendes.
Pronto, espero acabar pronto, pero te advierto que hay muchísimas fotos y hay que montar videos, musica y demás.
No te impacientes, sabrás hasta cuando tomamos la última copa de cardhú, no, perdón lo último fue Chivas.
Agur.
Espabila compañero que hoy ya es día 16
Bueno, 14 de septiembre y la cosa sigue igual
24 de octubre,,todo sigue su curso
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